CUENTO
OTRA CRUZADA DE CRISTOBAL MICRA
En el recreo, me dejé llevar por mi imaginación.
Creía encontrarme al borde de un inmenso cráter, y
que el secreto que guardaba sobre la crema de cristal, nunca llegaría
a Creta o a Croacia. Aquello era una terrible encrucijada. No podía
cruzar al otro extremo, tal vez con una acrobacia… No me rompería
la crisma, ya, pero seguramente, me quemaría hasta crujir. Sería
un filete crudo hecho carbonilla. Aquello sería un crimen contra mi
persona, tendría que pensar un plan de crisis. Era crucial escribir
una descripción sobre el hallazgo de los cristales, hacer un croquis
de la acrópolis descubierta antes de que el boli se derritiera y el
pelo se me encrespara como un estropajo de esparto. Tenía que cronometrar
lo que me quedaba de tiempo. Me agarré a las crines del caballo negro
y…
Alguien me cogía
por el hombro.
-¿Ya estás dándole al tarro? Eso
va a ser de tanto crecer.
Me encogí de hombros. Los profes a veces
no saben nada.
Al instante algo crujió bajo mis pies.
Un cráneo envuelto en crisantemos de color
ocre había rodado hasta ellos. ¡¡Era
increíble!!
Tendría que seguir
creando aventuras.
|