Un cocodrilo
se sube a un drago colgado de un hilo
para ver la negra piedra
por la que trepa la verde hiedra.
Mas llega el madrugador dragón
hecho un terrible león.
El druida con un ladrillo
lo persigue como un chiquillo.
¡Detente, detente! ¡Quieto, parado!
Grita un teniente atolondrado.
Mi madre, por la ventana cuadrada
tiende la ropa mojada.
¡Cuánto ruido!
comenta Rodrigo.
¿Podré colgar el cuadro tranquila?
se pregunta Petronila.
Pues no, dice el dromedario
con dramático semblante,
eso no será posible,
así que seguiré adelante. |