Cuento sin fin

 

 

 
       

 

 

Nivel de recomendado:
A partir de segundo ciclo de primaria.

Objetivos
- Desarrollar la creatividad, la imaginación.
- Desarrollo del lenguaje oral y escrito.
- Despertar, a través de un cuento corto, el interés por la lectura con ciertos toques de suspense.

Descripción
La lectura individual o colectiva del cuento, generará opciones distintas de finales: divertidos, sorprendentes, terroríficos…
Si la lectura es individual, el final también se creará individualmente. Para un enriquecimiento del grupo, se leerán los diversos finales y se opinará sobre ellos y cada niño/a razonará de una manera amena y simplificada, el porqué de su final.

Fundamento

SI motivamos a los chicos hacia la lectura, ésta sería una opción interesante para comenzar.

UN cuento corto, con un final que no está. Personajes, lugares y una acción, que no es trepidante pero encierra un misterio.

 SABEMOS que animándoles a crear un final, como en este juego, vamos a conseguir mucho más que unas líneas de expresión escrita.
El chico/a que crea y es reconocida su creatividad, se vuelve más seguro de si mismo, avanza en el desarrollo de la imaginación de su inteligencia.

RECONOCEMOS que esto no sucede sin una continuidad en la estrategias de juegos de animación lecto-escritora, pero sí descubrimos, para alegría de todos, profes, niños, padres… que si somos tenaces en la tarea, si descubrimos nuevas tácticas para el desarrollo de sus habilidades lingüísticas, sentiremos como se materializan los objetivos que nos hemos propuesto.  

Material 

EL SÓTANO ENCANTADO

Nunca me había gustado la tía Sharon. Mis padres se empeñaban en llevarme a su casa, cada vez que íbamos a Wichita.
 La tía Sharon  vivía en una casa muy vieja y antigua que olía a sucio y a pescado podrido. Pero esto era lo de menos.
 La habitación que me daba para dormir estaba en el sótano y allí había muchos y extraños ruidos. 
Aquel día de febrero, cuando me disponía a bajar a mi habitación, la tía Sharon me susurró al oído:

-¡Mala suerte, mala suerte, pequeño!
Y me dio un beso mezclado con risa de bruja.

 Durante la noche, los ruidos me parecieron más raros que otras veces. Surgían de una caja de cartón mediana que ocupaba un lugar en aquel espacio pequeño. Me acerqué a ella y comprobé que efectivamente el ruido salía de la caja de cartón. Tal vez había un reloj dentro u otro cacharro viejo que se había puesto en marcha. La destapé un poco para ver…

Carmen Ramos