Nerja
|
El día 11 de agosto de 2000,
en pleno verano, llegué a la biblioteca de Nerja. |
Con un agradable olor
a Mediterráneo una tarde llegué a la biblioteca de Nerja. Los niños
y niñas estaban contentos, estaban sentados, estaban atentos y eran
salados. Les leí cuentos, les conté historias, hablamos de los
personajes, reímos con sus travesuras y disfrutamos con sus aventuras.
Las palabras que salieron de nuestros labios llenaron la biblioteca de magia y sorpresas,
risas y aplausos. Después, poco a poco, se fueron metiendo entre las
páginas de los libros que allí vivían mientras nosotros nos
despedíamos con la ilusión de haber vivido juntos muchas emociones.
|
|