EL MOSQUETERO VALIENTE
Había una vez, en un reino muy, muy lejano, un rey al que todos temían porque era malo y cobarde, y no hay cosa peor que ser malo y cobarde. Vivía atemorizando a sus quinientos súbditos porque al ser tan cobarde temía que otro más valiente que él le quitara el trono y el poder. El rey tenía una bella hija, la princesa Eleanor, de la que todos los príncipes de la zona estaban fuertemente enamorados, pero ella sufría en silencio su amor por un mosquetero real que se llamaba Segismundo. Segismundo era alto, rubio, con el pelo largo que le rozaba los hombros, tenía los ojos más enigmáticos que nadie había visto nunca, unos ojos negrísimos en los que se podía ver una profunda tristeza porque estaba enamorado de la princesa y no se atrevía ni a mirarla.
Por aquel entonces llegó a la ciudad por el camino del sur un rico heredero a pedir el favor real para intentar cortejar a Eleanor. Para agasajar al rey le traía los manjares más exquisitos que había: Queso de cabra, mantequilla de las altas cumbres.... Venía montado en el mejor caballo que nadie había visto jamás. Con una larga cola y una cabeza alta y orgullosa. El príncipe era de la nobleza más importante de los territorios, procedía de una alta cuna, y cualquier princesa estaría encantada con casarse con él, pero Eleonor tenía el corazón al lado del mosquetero, así que se fue del castillo y se fue a casa de Segismundo. Este al comprobar que su amor por la princesa era correspondido, decidió fugarse con ella al lugar más lejano para que nadie los molestara. Por el camino se cruzaron con el príncipe que retó a muerte al mosquetero, pero la princesa saltó del caballo, dio un mordico al príncipe y mientras éste se quejaba huyeron al país donde han sido muy felices y han comido muchas perdices y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Alejandro. EL PROFE. Colegio Ntra. Sra. del Sagrario. Mazarambroz. Toledo
EL QUESO RICO
Érase una vez un ratón que se estaba comiendo un queso muy rico en una casa que estaba echa con mantequilla.
Los mosqueteros oyeron los mordiscos del ratón, fueron por el camino corriendo. Cuando llegaron a la casa quedaban quinientos cachitos del queso. Al ratón, los mosqueteros, lo metieron en una cuna. Llamaron a un canguro para que con su rabo le hiciera cosquillas.
Aitana Martin Medina, 3º de Primaria. Colegio Ntra. Sra. del Sagrario. Mazarambroz. Toledo
EL QUESO RICO
Había una vez un queso muy rico que estaba en una casa antigua. Un ratón lo vio. Como era pequeño se le llevó a la cuna, le daba mordiscos muy grandes, su cola era pequeña y una mosca muy pestosa no le dejaba comer a gusto. El ratón la mató con un mosquetero y la mamá mosca vio la mantequilla pero el ratón quería quedarse con los quinientos euros. Caminó y caminó y se encontró con un rico queso.
Tania, 3º de Primaria. Colegio Ntra. Sra. del Sagrario. Mazarambroz. Toledo
LA CUNA DEL BEBÉ
Érase una vez un hombre muy rico que debería poner zapatos a su hijo el mosquetero ,pero no lo hizo, lo vestía muy mal, ni aunque tuviera quinientos años de edad, a él solo le importaba el dinero, el queso y la mantequilla. Le pegó un mordisco a un bocadillo ,por el camino de la casa de su tío, allí había una cuna y él preguntó: ¿De quién es esa cuna? Dijo que era suya, de cuando era pequeño.
Gloria Ortiz Ballesteros, 4º de Primaria. Colegio Ntra. Sra. del Sagrario. Mazarambroz. Toledo
EL QUESO Y LA NIÑA
Había una vez un padre que antes de morir quería dejar algo para sus
hijos: al mayor le dejó la casa, al mediano una cuna y a la pequeña un trozo de queso. La niña pensó que no era justo y lo único que dijo fue gracias y se fue a su cuarto. La niña dio un pequeño mordisco al trozo de queso, que por cierto estaba muy rico, del queso salió un ratón con una cola muy larga, estaba vestido de mosquetero y le gustaba la mantequilla. El ratón tenía un camino secreto donde había quinientos ratones más.
Laura Toledo Sánchez, 3º de Primaria. Colegio Ntra. Sra. del Sagrario. Mazarambroz. Toledo
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