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"Déjate llevar por el colorido travieso de las palabras."
Un día,
Karda, la bruja ciempelos, decidió depilarse. Todos los habitantes de Raritos,
S.A, la ciudad de varios monstruos, se reían de ella porque era la mujer
peluda. Todos le decían que parecía una osa. Y era verdad. Fue al supermercado
y se cogió muchas cremas depilatorias y cuchillas. Llegó a su casa, se metió
en el baño y se dijo: "Al bosque toca". Pero, por mucho que lo
intentaba no conseguía arrancar ni un pelo. Así que fue a ver a Hipocito,
porque como era una bombilla con cuerpo de hombre, tenía buenas ideas. En el país
Guasón, hace miles de años, hubo un niño malvado que sólo quería gobernar
su pueblo. Los súbditos se morían de ganas por llevarle a la escuela pero un día
llegó su maestra y
lo convirtió en un estudiante ejemplar. Desde aquel día todos le pedían ayuda
en sus cosas y la reina le dio un gran premio de 100 ?. Mi hermano me odia, Una niña muy pequeña, Andrea Martínez Estévez, 6ºA, C.E.P Luís Seoane. Mera (A Coruña) Galicia. Érase una vez un
hombre bombilla que quería ser hombre para el resto de su vida.
Una hechicera le dijo: "si te portas bien y eres educado con los
demás te concederé tu deseo". Pasaron dos semanas y su deseo se cumplió.
Pero un día encontró a su amigo trapa que tenía las piernas muy largas,
él llamó a la hechicera y se lo contó todo. La hechicera le digo a trapa:
"si eres bueno y haces caso ha tus padres te concederé tu deseo".
Pasaron dos semanas y su deseo se cumplió. Ellos estaban muy felices.
Bartolo era un enanito muy simpático, pero siempre tenía la mala suerte de tropezarse con
todas las piedras del camino, hasta que un día se tropezó con una gran piedra.
Tan grande que no se veía el camino. Al caer no veía nada, sólo una pequeña luz al final de un
túnel oscuro. ¡¡¡Guauu!!!! La misteriosa piedra le concedió un deseo, y sin duda él le pidió no tropezarse nunca más .Y Bartolo no volvió a caerse nunca más.
Y ya finalizado, este cuento se ha acabado.
Había una vez un lugar donde sólo vivían duendecillos. Entre ellos había uno que se llamaba Cuentacuentos. Cuentacuentos escribía cuentos, el último cuento que escribió fue: "LA VIDA DE UN NIÑO QUE ESTÁ EN LA GUERRA", y
éste fue el último libro porque, al cabo de unas semanas murió. Cuentacuentos murió el 23 de Abril, por eso ese día se creó "el día del libro". Su familia lloró y sus amigos los duendecillos también lloraron muchísimo. En el país de todo al
revés era todo muy normal. Hace miles de años un malvado llamado Solrac, que al derecho se llamaba
Carlos (como ya sabes este es el mundo de todo al revés) que tenía a las
gentes muertas de hambre. Al pasar el día vino el rey (el no sabía lo que estaba pasando, claro, el no
había estado allí). Se enteró y arregló todo de pe a pa. La reina y los súbditos se alegraron mucho.
Y vivieron felices y comieron perdices.
David Hernández Martínez,
6º de primaria, colegio Luz Casanova. Madrid.
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